San Juan en Lezama
Todavía, hoy por hoy, puede ser visto como sus participantes (descendientes de aquellos esclavos negros) en la celebración de la fiesta de San Juan, llevan al santo hasta la iglesia acompañados de sangueos (canto lento y ceremonial utilizado en las procesiones) en donde la letra de las canciones muestra abiertamente el resentimiento del esclavo obligado a la conversión cristiana por el patrono.
El canto finaliza cuando se llega a la iglesia para dar inicio a la misa. La eucaristía es escuchada desde la calle, de la misma forma en que lo hicieron sus antepasados, pues por su condición de esclavos les estaba vedado el privilegio de escuchar misa dentro de la iglesia.
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